jueves, 7 de noviembre de 2013

Ventajas de tener una mascota:


El vínculo entre mascotas y dueños está sustentado en sentimientos puros y en una experiencia sensorial única de afecto, complicidad y lealtad. Es una relación que está libre de poderes de competencia, no hay críticas ni juicios, lo que favorece las expresiones auténticas de las emociones. Promueve el compartir entre los integrantes de la familia y la colaboración ante necesidades de la mascota.
Tener una mascota en casa es fuente de salud y bienestar. Acariciar a un perro o a un gato, además de resultar un estímulo sensorial, reduce la presión arterial y disminuye la frecuencia respiratoria lo que favorece la relajación.

En los niños
*Es el primer paso de responsabilidad en la vida de otro.
*Las mascotas son compañeros de juego y diversión.
*Cultiva valores como la amistad, el respeto, el amor y la compasión hacia los seres vivos.
*Ayuda al desarrollo psíquico y sensorial.
*Se sienten competentes y útiles al cooperar en la rutina de su cuidado diario
*Se enfrentan al ciclo de la vida (nacimiento, desarrollo, reproducción y muerte

En los adultos
*Reduce la ansiedad, el estrés, mejora el humor y favorece la armonía
*Estimula a asumir actitudes positivas y se siente útil
*Las mascotas son fieles compañeros, aliados y confidentes
*Refuerza la confianza en sí mismo y en los demás, se experimenta mayor seguridad
*Es un excelente estímulo para el ejercicio y el movimiento (durante el juego, el baño o el paseo), lo que favorece la coordinación, la movilidad y la fuerza muscular
*Siente alivio en momentos de vacío, melancolía o soledad, se conecta con los deseos de vivir.

jueves, 17 de octubre de 2013

San Francisco, California: Tener un perro puede ayudar a evitar que un bebé desarrolle asma

California: Tener un perro puede ayudar a evitar que un bebé desarrolle asma

Dinner from Birdbox Studio

Atlanta: Se confirma que los perros también tienen sentimientos como los humanos

10 de octubre de 2013


Atlanta, Georgia - Para concluir esto, Gregory Berns, profesor de neuroeconomía de la Emory University en Atlanta (Georgia, EEUU), junto a otros especialistas, analizó imágenes de resonancia magnética del cerebro de varios perros, incluyendo el suyo, y descubrió que los canes utilizan la misma parte del cerebro para sentir que los humanos.

Su análisis lo realizó con su mascota, Collie, con la ayuda de su amigo Mark Spivak, un entrenador de perros. Después de meses de pruebas con el escáner MRI, analizaron los mapas de la actividad cerebral y se determinó qué partes de su cerebro distinguieron los olores de conocidos y desconocidos entre perros y seres humanos.

Las reacciones de los animales fueron analizadas mientras que estos eran expuestos a sensaciones relacionadas con sus dueños, con otros perros cercanos y con cosas que no conocían.

En las imágenes neurológicas se encontró que el núcleo caudado, una importante zona del cerebro altamente relacionada con la memoria emocional, rica en receptores de dopamina, se activa al contacto con olores e imágenes conocidas, tal y como en los seres humanos.

Los resultados de la investigación precedida por el también autor del libro "Cómo nos aman los perros: un neurólogo y su perro adoptado descifran el cerebro canino", fueron revelados parcialmente.

Entre ellos se encuentran los datos que confirman que los perros, y probablemente los demás animales, también tienen sentimientos.

La intencion de Berns es contribuir a que los humanos empiecen a reconocer a los animales como semejantes en muchos aspectos y, por tanto, respeten su integridad y valoren su vida como él mismo afirma.

martes, 3 de septiembre de 2013

La Crianza Canina es un Arte

A lo largo de los varios años que llevo dedicada en cuerpo y alma a la crianza de mis Bullmastiffs, he tenido ocasión de tratar con muchos otros criadores de prestigio, de larga trayectoria y gran reputación que viene avalada por programas de cría de mucho éxito y por los triunfos conseguidos dentro y fuera de las fronteras propias con sus ejemplares; pero también, desgraciadamente, he tenido y tengo que vérmelas continuamente con demasiadas personas que por el mero hecho de aparear un macho y una hembra y esperar a ver el resultado final, se creen que ya lo tienen todo hecho.
Esos son los que yo he dado en denominar “pseudo-criadores”, malos aficionados que, con mejores o peores intenciones, desvirtúan la crianza canina y la convierten en un burdo negocio, del que esperan sacar buen provecho.
Individuos que no son capaces de investigar y mucho menos interpretar un Pedigrí, que no saben absolutamente nada de Genética ni de Salud Canina y por supuesto tampoco de Etología (conceptos todos ellos a los que no dan ningún valor y que creen estar de más, porque para ellos todo se resume en cruzar a un ejemplar con otro y ver nacer muchas crías que vender por Navidad) y que apenas sí conocen el estándar de la raza con la que han decidido “producir” cachorros, casi siempre con un único y desgraciado propósito: el afán de conseguir incrementar sus ingresos mensuales… y que, con sus prácticas incoherentes, interesadas y absurdas, acaban ¡tantas veces! por destrozar el trabajo de aquellos otros que lo han dado todo por lograr mejorar el pool genético de tal o cual raza.
Cuando me topo con estos “pseudo-criadores”, aparte de irritarme y desesperarme para mis adentros (y, a veces, incapaz de moderarme ni de controlarme, decirles con vehemencia lo que pienso de ellos, de su estupidez y de su ¿¡trabajo!?), me invade un sentimiento de enorme amargura, por cuanto casi siempre acabo por constatar, a través del ejemplar que pasean por cualquier exposición canina, que ese perro es un ejemplar burdo, del montón, basto, vulgar (cuando no rematadamente atípico y francamente horrendo) que poco tiene que ver con esos otros nacidos de una selección depurada y hecha con criterio y con conocimiento de causa. Un auténtico fraude, casi se podría decir, aunque en ocasiones, como en el cuento del burro, pueda sonar la flauta por casualidad y haber, entre todos los sujetos de una camada dispar e irregular, uno que llame algo la atención. Uno de cien, de doscientos, de trescientos, de mil cachorros nacidos bajo uno de esos afijos que crían perros con el mismo interés con el que podrían dedicarse al cultivo de las malas hierbas, cuando aquello a lo que debe aspirar cualquier persona que se quiera preciar de criar buenos ejemplares, es de que en cada una de sus camadas todos los ejemplares sean verdaderamente típicos de la raza.
Claro que no es menos cierto que dentro del colectivo de”pseudo-criadores”, amén de aquellos que lo hacen por puro interés económico y sin ningún deseo de seleccionar tal o cual raza con miras a mejorar lo que ya presente de bueno y a evitar los rasgos que pudieran resultar indeseables, hay esos otros que porque tienen una perrita en su casa, deciden de buenas a primeras, que ha llegado el momento de buscar un machito por el vecindario con el que aparearla, para que sus hijos aprendan algo sobre la vida cuando vean nacer los cachorros y luego tengan que ocuparse (casi siempre sin las elementales nociones de cómo hacerlo bien) de ellos a lo largo de unas pocas semanas (casi siempre demasiado pocas, porque cansados ya del trabajo, de los gastos y de las complicaciones que casi siempre supone sacar adelante una camada de cachorros, se deshacen de ellos cuando apenas están recién destetados o con treinta o cuarenta días a lo sumo) antes de malvenderlos o regalarlos a un pariente o a un conocido de la oficina o del taller…
Unos y otros más que contribuir al bienestar de una raza concreta, lo único que consiguen en lanzar a este mundo un buen número de cachorros que son fruto de cruces tan indiscriminados, tan exógenos y tan “casuales” como pudieran serlo los cachorros nacidos de cualquier perro de la calle que se aparee con cualquier perra, también de la calle. Sin más mérito. Sin mayor trascendencia.
Frente a estos “pseudo-criadores” que tanto daño pueden llegar a hacer a una raza canina, que demasiadas veces se suman al pelotón de los que quieren criar a toda costa perros de gran demanda en el mercado para hacer su agosto particular en determinadas épocas del año, que es cuando más salida tienen esos cachorritos, hay un selecto (y demasiado escaso, me temo) grupo de personas que se han pasado años seleccionando líneas de sangre, depurándolas, estudiándolas, entendiéndolas, con el único objetivo de continuar mejorando la raza de sus amores. Estos Criadores, con mayúsculas, son lo que no escatiman esfuerzos por conseguir sementales de auténtica calidad (y ojo, hay que distinguir calidad de fama, pues son dos cosas que no siempre van unidas) para aparearlos con hembras igualmente especiales, para que unos y otros aporten a la camada resultante el mayor número posible de virtudes y el más pequeño de faltas.
Son estos los que convierten, de verdad, la Crianza de Perros de Raza en un auténtico Arte, también con mayúsculas. Los que a base de gran esfuerzo personal, de mucha dedicación, de horas y horas, días, meses y años de estudio concienzudo de aquello por lo que abogan y pelean, hacen de la Crianza de Perros de Raza una verdadera artesanía, si por artesanía entendemos el arte u obra de unos artesanos que son capaces de imprimir un sello personal, un distintivo, un marchamo, a cada uno de los perros que llevan su afijo.

Y es que, realmente, merece la pena hacerlo bien. Con responsabilidad, con honestidad y con Arte. Porque nada hay más hermoso que contemplar, recién nacidos y todavía mojaditos, a un buen montón de cachorros que son el fruto de una planificación, de un proyecto, de un empeño personal, de una ilusión y hasta de una pasión, y respirar hondo con la satisfacción de saber que serán sujetos de los que puedas sentirte verdaderamente orgulloso, por cuanto son el resultado de un cruce y luego de una crianza hechos a conciencia.

Escrita por Christina de Lima-Netto reconocida criadora de Bullmastiffs

martes, 27 de agosto de 2013

Vacunas para perros, lo que hay que saber


La vacunación de nuestras mascotas resulta fundamental para resguardar las óptimas condiciones de salud de éstas. Existen varias patologías que se presentan con una alta frecuencia en clínica y que pueden ser evitadas gracias a las vacunas.
Las vacunas para perros que habitualmente se inoculan son la Séxtuple/Óctuple (o fracciones de ellas) y la Antirrábica.
Vacunas perros
Foto: El Mercurio
Las vacunas son fundamentales para cuidar la salud de nuestras mascotas.
Al nacer un cachorro de una madre vacunada hace menos de un año, recibe a través del calostro anticuerpos suficientes como para combatir una enfermedad determinada. Así, si un agente infeccioso, supongamos Parvovirus, se presenta ante un cachorro de 4-5 semanas de vida, habiendo tomado éste calostro de una madre debidamente vacunada y no siendo un contacto demasiado grande, debiese resistir bastante bien un cuadro subagudo o sin manifestación alguna.
Si, por el contrario, sin presencia de enfermedad, decidimos aplicar vacunas para perros a un cachorro pequeño, con las mismas 4-5 semanas de vida, no haremos más que consumir los anticuerpos maternos, generando escasa o nula protección (no generará sus propios anticuerpos).
Por ello, no hay que confiar en personas inescrupulosas que venden o regalan cachorros de un mes de vida argumentando que tienen ya la primera vacuna. Eso no puede ser cierto y, si lo es, o tienen más de la edad que dicen o aplicaron erradamente una dosis de vacuna, generando un real riesgo en el cachorrito.
A continuación, lo que hay que saber sobre las vacunas para perros:
Vacuna Séxtuple:
La vacuna séxtuple recibe tal nombre debido a que protege contra 6 agentes infecciosos:Distémper, Parvovirus, Parainfluenza, Adenovirus II, Hepatitis Infecciosa (Adeno I) y Leptospira (2 cepas). La vacuna óctuple contiene lo mismo, pero adiciona Coronavirus y considera las dos cepas de Leptospira, por lo cual suma 8. Esa es la única diferencia entre ambas.
Esta vacuna comienza a aplicarse, habitualmente, entre las 7 u 8 semanas de vida del cachorro. Al ser la Coronavirosis una enfermedad seria y relativamente mortal en cachorros menores a las 5-6 semanas de vida y generando sólo una leve diarrea en animales más grandes, personalmente, no considero gran diferencia entre aplicar una u otra vacuna en forma regular.
Existen también fracciones de estas vacunas que mezclan dos o tres agentes, por ejemplo, Parvo-Corona; Parvo-Distémper; Parvo-Corona-Distémper… Pero como se tienden a aplicar a muy temprana edad, dada la interferencia explicada anteriormente, yo prefiero comenzar directamente con la vacuna séxtuple entre los 45 y 60 días de vida, dependiendo de la historia del cachorro y de su madre.
Luego de la dosis inicial, aplico dos reforzamientos de la misma vacuna, a fin de lograr una curva protectiva de un año de duración para la mayoría de las enfermedades incorporadas, siendo excepción la Leptospirosis, que protege aproximadamente durante 6 meses. Estas dosis se inoculan cada 21 días (3 semanas). De esta forma, un cachorro de 3 meses y medio debiese tener ya las tres dosis de su vacuna Séxtuple.
Vacunas Perros
Foto: El Mercurio
Las vacunas para perros que habitualmente se inoculan son la Séxtuple/Óctuple y la Antirrábica.
Anualmente, es necesario repetir una dosis. Esto, por toda la vida respecto de la aplicación de vacunas para perros.
Vacuna Antirrábica:
La vacuna antirrábica protege contra la mortal enfermedad llamada Rabia.
Al ser ésta una enfermedad que afecta a todos los mamíferos, constituye unazoonosis, vale decir, se puede transmitir entre diferentes especies animales, incluido el ser humano. Por ello, es obligación (por Ley) mantener a las mascotas vacunadastodos los años.
Esta vacuna se comienza a inocular desde los 5-6 meses de vida, aunque es factible aplicarla antes, pero no es estrictamente necesario. Y luego se mantiene una vez al año.
Ambas vacunas para perros se pueden programar para ser inoculadas juntas, anualmente.
Madres: Recomiendo que si tienen una perrita preñada la vacunen un poco antes de la fecha probable de parto, a fin de que le aporte anticuerpos a sus cachorros y que estos, a su vez, no corran riesgos durante la gestación. Sin embargo, es importante que la vacuna sea a virus inactivado, ya que, de no ser así, es mejor no vacunar.
  • Dr. Gilberto Godoy

lunes, 26 de agosto de 2013

Socialización tardía o inadecuada.


Los perros pasan por cuatro fases que transcurren desde su nacimiento hasta los cuatro meses. Se les denomina periodos sensibles o fases críticas. Durante estos periodos, especialmente desde la séptima semana de vida hasta los 112 días, los cachorros deben ser expuestos al mayor número posible de estímulos de todo tipo (objetos, ruidos, personas, etc.) para que se habitúen a ellos. Si esto no se hace o se realiza de forma defectuosa, el perro crecerá como un animal tímido que reaccionará con conductas de evitación y/o escape ante los estímulos que resultan desconocidos para él a pesar de que sean inocuos, como por ejemplo a los petardos, bicicletas, otros animales, personas ajenas a su entorno...

martes, 6 de agosto de 2013

Cómo cuidar cachorros

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=49LMzkG_ASc

Usando la jaula de viajes para perros

Que tu perro se sienta cómodo en una jaula de viaje es una de las cosas más importante que tienes que enseñarle. Esto te ayudará a educar a tu perro para ir al baño, a prevenir problemas de conductas destructivas, reducir la ansiedad por separación y muchas otras cosas más.
Ten en cuenta que la jaula de viajes no tiene que ser una prisión para tu perro. Tiene que ser su madriguera, el lugar donde se sienta cómodo y seguro.
Entre otras cosas, la jaula de viajes puede servir como casa para tu perro, para dejarlo en el veterinario o la peluquería canina, como casa de perros portátil durante los viajes, etc. Si además decides incursionar en las exposiciones o en los deportes caninos, la jaula de viajes será un refugio para tu perro mientras no esté concursando.
Por otra parte, el adiestramiento con jaula es uno de los métodos más rápidos y eficaces para enseñarle a tu perro a no ensuciar la casa.

Acostumbra a tu perro la jaula de viajes

Prepara la jaula de viajes para que la puerta quede abierta todo el tiempo. Algunos modelos de jaula permiten retirar la puerta, así que esto será fácil. Si no es posible hacer esto con la jaula que tienes, amarra la puerta a otra parte de la jaula para que ésta no pueda cerrarse.
Si la jaula es desmontable, también quítale la parte superior. Esto ayudará a tu cachorro a sentirse seguro al entrar.
Habiendo retirado la puerta, o habiéndola amarrado para que no pueda cerrarse, coloca adentro de la jaula de viajes algunos juguetes de tu perro. También, a lo largo del día, deja algunos pedacitos de comida adentro. Esto hará que tu perro se sienta feliz cada vez que descubre un pequeño "tesoro" dentro de la jaula.
Si ves que tu perro se acerca a la jaula, o entra en la misma, acarícialo y juega con él. También puedes darle una recompensa de comida. No cierres la puerta de la jaula.
Déjale la jaula siempre accesible, con la puerta abierta, y con una manta adentro. De esta forma, podrá entrar a descansar cuando él quiera y podrá salir sin problema.
Ten paciencia si tu perro tiene miedo a las jaulas. No lo obligues a entrar. Eso sólo aumentará su miedo.
Si tu perro es muy reacio a entrar a la jaula, aliméntalo frente a la misma. Simplemente pon su plato frente a la jaula cuando le des su comida. A medida que se sienta cómodo, podrás poner el plato dentro de la jaula: primero en la porción anterior (cerca a la puerta), luego al medio y luego al fondo. Haz esto de forma gradual.
Si habías quitado la parte superior de la jaula, puedes volver a ponérsela cuando tu perro entre por voluntad propia y se sienta cómodo en la misma. Por supuesto, pon la parte superior cuando tu perro no está en la jaula y repite el procedimiento anterior (poner comida y juguetes en la jaula) por un tiempo más.
Todo este proceso puede tomar unos cuantos días con perros nerviosos, pero la mayoría de los perros se acostumbran a entrar en la jaula con mucha rapidez.
Cuando tu perro se sienta cómodo en la jaula, puedes empezar a manipular la puerta de la misma. Con tu perro adentro de la jaula, mueve un poco la puerta de la jaula, pero sin cerrarla. Si tu perro se queda adentro, lánzale un trocito de comida dentro de la jaula.
Poco a poco, tu perro se sentirá más cómodo cuando muevas la puerta. Entonces, aprovecha para cerrarla (sin ajustarla) y abrirla inmediatamente. Cada vez que hagas esto, lanza una recompensa de comida dentro de la jaula si tu perro se queda adentro. Si tu perro sale, simplemente ignora esta conducta.
Luego, cuando ya puedas cerrar por un instante la puerta de la jaula, empieza a adicionar algún tiempo antes de abrirla. Simplemente espera medio segundo antes de abrirla. Cuando tu perro esté cómodo con esto, repite el procedimiento pero espera un segundo antes de abrir la puerta. Gradualmente, y en diferentes sesiones, amplía este tiempo un segundo a la vez, hasta que tu perro se quede tranquilo por diez segundos con la puerta cerrada.
Gradualmente aumenta el tiempo que él permanece en la jaula, pero no lo dejes encerrado mientras tú te vas. Cuando él pase tiempo en su jaula sin que tú estés, será el momento en que puedas dejarlo encerrado e irte. Ten presente que no debes dejar a tu perro enjaulado y solo por mucho tiempo. Al principio solamente auséntate un segundo. Poco a poco aumenta el tiempo de manera gradual.
También ten presente que no tienes que encerrar a tu perro por mucho tiempo, ya que no se supone que el encierro sea un castigo.
Es muy útil que la jaula sea también la casa de tu perro. Así se acostumbrará más rápido.
Cuando tu perro se acostumbre a la jaula, puedes llevarlo a dar paseos cortos dentro de la misma (si es pequeño, por supuesto). Así le agarrará un gusto adicional a estar en la jaula. Ten en cuenta que al hacer esto no tienes que dejar a tu perro solo, porque en ese caso se sentirá ansioso al entrar en la jaula.

Consejos para acostumbrar a tu perro a la jaula de viajes

La jaula no es un lugar para encerrar a tu perro por períodos prolongados. Practica este ejercicio hasta que puedas lograr que tu perro se quede en la jaula por unos cuantos minutos. Luego podrás aumentar el tiempo con facilidad porque tu perro se sentirá cómodo en su jaula. Sin embargo, no esperes que tu perro se quede encerrado por horas.
Los tiempos máximos que un perro puede pasar enjaulado son:
  • Cachorros de nueve a 10 semanas: 30 a 40 minutos.
  • Cachorros de 11 a 15 semanas: una a dos horas y media.
  • Cachorros de 16 a 17 semanas: tres horas y media.
  • Cachorros y perros de 18 semanas en adelante: tres y media a cuatro horas.
El tiempo máximo que debería pasar un perro en la jaula de viajes nunca debería superar las cinco horas. Y esto solamente en contadas ocasiones. Por supuesto, este tiempo es mayor cuando el perro realiza algún viaje en avión, pero ese es un caso particular en el que nada se puede hacer.
Nunca obligues a tu perro a entrar en la jaula. Si lo obligas, le crearás aversión hacia la jaula.
Nunca dejes a tu perro en la jaula con un collar puesto. No importa qué tipo de collar. Por supuesto, la excepción a esta regla ocurre cuando tienes que embarcarlo en un avión u otro medio de transporte. En ese caso, ponle un collar con un dispositivo de liberación de emergencia y con una plaquita de identificación.
Nunca dejes en la jaula cosas pequeñas con las que tu perro pudiera ahogarse. Lo ideal es que solamente le dejes juguetes grandes y que no sean fáciles de destruir, como los Kong o los huesos Nylabone. No dejes nada adentro de la jaula (ni siquiera un juguete grande) durante los viajes.
Nunca enjaules a tu perro si:
  • Es menor de nueve semanas
  • Tiene diarrea o vómitos
  • Necesitas dejarlo más tiempo del tiempo máximo indicado (en este caso usa el cuarto a prueba de cachorros)
  • No ha hecho sus necesidades poco antes de enjaularlo
  • No ha recibido suficiente ejercicio y compañía antes de enjaularlo
  • La temperatura es muy alta

lunes, 5 de agosto de 2013

Adiestramiento con jaula

El adiestramiento con jaula es una modificación del adiestramiento adtivo. La principal diferencia es que en el adiestramiento con jaula, la jaula de viajes te servirá para llevar a tu perro a cualquier lugar al que vayas.
El adiestramiento con jaula se basa en el comportamiento natural del perro. Al ser animales de madriguera, los perros tienen la tendencia a hacer sus necesidades lejos de sus madrigueras. De manera análoga, a tu perro no le gustará ensuciar la jaula de viajes si es que la ve como un lugar de descanso.
En términos generales, el adiestramiento con jaula consiste en que tu perro estará enjaulado antes de las horas en que hace sus necesidades. De esta forma, será menos probable que ocurra un accidente.
Por supuesto, tu perro solamente debe estar en la jaula de viajes cuando tú estás en tu casa. La función de la jaula no es la misma que la del cuarto a prueba de cachorros. La jaula te servirá para llevar a tu perro a diferentes lugares al mismo tiempo que reduces el riesgo de que el cachorro haga pis o caca en cualquier parte.
Por ejemplo, tu perro puede estar en el mismo cuarto mientras tú miras la tele o trabajas en la computadora. No tendrás que preocuparte por que él ensucie la casa, ya que estará dentro de su jaula. Entonces, cuando llegue la hora de llevarlo al baño, lo sacas de la jaula y lo llevas al lugar indicado para que haga sus necesidades.
Para llevar a cabo el adiestramiento con jaula, primero tienes que Acostumbrar a tu perro la jaula de viajes. También tienes que haber identificado las "zonas permitidas" o lugares en que tu perro podrá hacer sus necesidades. Además, tienes que llevar un registro de las horas en que tu cachorro suele hacer sus necesidades.
Luego, procede a adiestrar con la jaula de la siguiente manera:

1. El encierro

Una hora antes de la hora en que tu perro tiene que ir al baño, enciérralo en la jaula. Pero no lo dejes solo. La jaula tiene que estar donde tú estás.
Encerrar a tu perro una hora antes de su horario normal de ir al baño sirve para prevenir accidentes higiénicos.

2. Ir al baño

A la hora en que tu perro tiene que ir al baño, sácalo de la jaula y llévalo a una "zona permitida". Espera cinco minutos en ese lugar.
Después que tu perro haga sus necesidades, felicitarlo con una voz amigable. También puedes hacer click (o decir la orden de liberación) y darle una recompensa de comida cuando acaba de hacer sus necesidades. Sin embargo, no interrumpas a tu perro mientras está haciendo sus necesidades.
Si fuese necesario, tu perro tendrá que estar con la correa mientras hace sus necesidades. Así no se irá a otro lugar.
Después que tu perro ha hecho todo lo que tenía que hacer, llévalo a otro lugar (a una de las "zonas no permitidas") y juega o pasea con él. No lo dejes sin supervisión en ese lugar.
Asegúrate que tu perro se ha "vaciado" antes de llevarlo a jugar al otro lugar. Es seguro que tendrás que limpiar el piso si tu perro todavía tiene ganas de hacer algo más.
Permítele estar un tiempo jugando contigo, pero vuelve a llevarlo al lugar en que debe hacer sus necesidades si notas que empieza a olfatear el suelo o a dar vueltas.
Ten en cuenta que si tu perro tiene menos de cinco meses, será bueno que lo lleves al lugar donde debe hacer sus necesidades cada 45 minutos entre los juegos.
Una hora antes de su siguiente horario de ir al baño, vuelve a encerrar a tu perro en la jaula y repite el procedimiento.

3. Si tu perro no hace sus necesidades cuando lo llevas a su baño

Si tu perro no hace sus necesidades cinco minutos después de haberlo sacado de la jaula, vuelve a encerrarlo por 15 minutos. Luego, vuelve a llevarlo al lugar en que le está permitido hacer sus necesidades y espera otros cinco minutos.

Aspectos que debes tomar en cuenta sobre el adiestramiento con jaula

Nunca uses este método con cachorros muy pequeños. Los perros de menos de nueve semanas casi no tienen control sobre su vejiga urinaria y no deben ser enjaulados.
Los cachorros de tres y cuatro meses deben permanecer en la jaula por muy poco tiempo.
Incluso para perros adultos, el uso de la jaula debe ser corto y solamente cuando estás en tu casa. La jaula de viajes no sirve para confinamientos prolongados.
Los tiempos máximos que un perro puede pasar enjaulado de forma continua son:
  • Cachorros de nueve a 10 semanas: 30 a 40 minutos.
  • Cachorros de 11 a 15 semanas: una a dos horas y media.
  • Cachorros de 16 a 17 semanas: tres horas y media.
  • Cachorros y perros de 18 semanas en adelante: tres y media a cuatro horas.
El tiempo máximo que debería pasar un perro en la jaula de viajes nunca debería superar las cinco horas. Y esto solamente en contadas ocasiones. Por supuesto, este tiempo es mayor cuando el perro realiza algún viaje en avión, pero ese es un caso particular en el que nada se puede hacer.
Si tu perro ensucia la jaula de viajes es porque lo dejaste encerrado por mucho tiempo o porque tiene algún problema de salud (diarrea u otras enfermedades). Esto afectará negativamente la educación de tu cachorro y necesitarás muchas semanas, o incluso meses, para reeducarlo.
No enjaules a tu perro si:
  • Es menor de nueve semanas
  • Tiene diarrea o vómitos
  • Necesitas dejarlo más tiempo del tiempo máximo indicado (en este caso usa el cuarto a prueba de cachorros)
  • No ha hecho sus necesidades poco antes de enjaularlo
  • No ha recibido suficiente ejercicio y compañía antes de enjaularlo
  • La temperatura es muy alta
  • Está usando un bozal

Adiestramiento activo para no ensuciar la casa


Adiestramiento con papel

El adiestramiento con papel consiste en evitar que tu perro haga sus necesidades en un lugar inadecuado. Es decir que tu perro no debe estar sin supervisión en un área donde no debe hacer sus necesidades, hasta que esté completamente educado.
El adiestramiento con papel no es la mejor manera pero es una manera efectiva de hacerlo cuando no puedes supervisar a tu perro las 24 horas del día.
El adiestramiento con papel también te será útil si vives en un departamento y no puedes sacar a pasear a tu perro por lo menos tres o cuatro veces al día. Así, tu perro podrá tener un baño en casa.
Lo primero que necesitas es un cuarto a prueba de cachorros. Recuerda que el cuarto a prueba de cachorros debe ser suficientemente grande como para que los desechos de tu perro no estén cerca de su plato de comida ni de su casa.
También ten en cuenta que el cuarto a prueba de cachorros no necesita ser un recinto completamente cerrado. Puedes usar puertas de seguridad ajustables. De esta forma tu perro no se sentirá tan aislado cuando no lo puedas supervisar.
Tu perro tendrá que estar en ese cuarto todo el tiempo que no puedas supervisarlo. Por supuesto, tienes que dejarle algunos juguetes (grandes, que no pueda tragar) para morder, su cama y su recipiente de agua. También déjale su plato de comida si va a necesitar alimentación durante el tiempo en que estés afuera.
Tienes que empapelar el piso del cuarto con tres o cuatro capas de periódico. Todo el piso.
Como tu perro va a estar libre en ese cuarto, se acostumbrará a hacer sus necesidades sobre papel periódico. De ahí el nombre de "adiestramiento con papel".
A medida que pase el tiempo, te darás cuenta que tu cachorro prefiere algunos lugares para hacer sus necesidades. Cuando notes esto, puedes empezar a reducir el área empapelada.
Primero quita algunos periódicos del lugar más lejano a aquéllos que tu perro ensucia. Es decir, si tu perro ensucia al fondo, retira los papeles de la entrada.
Después, quita más periódicos cada día, pero no apures mucho esto. Si tu perro ensucia algún lugar que no está empapelado, es porque has quitado los papeles muy pronto. En ese caso, vuelve a empapelar una superficie más grande, o incluso todo el cuarto.
Cuando tu perro se haya acostumbrado a hacer en un área pequeña, puedes empezar a mover los papeles hacia donde tú prefieras. Muévelos lentamente, no más de tres centímetros por día, hasta el lugar que tú hayas elegido. Eso sí, no acerques los papeles a su cama o a sus recipientes de agua o comida. Si haces eso, tu perro dejará de hacer sus necesidades sobre los papeles.
Tu perro aprenderá rápidamente dónde puede hacer sus necesidades, pero si tiene menos de seis meses no podrá controlarse por mucho tiempo.
Recuerda que el cuarto a prueba de cachorros es solamente para dejar a tu perro cuando no puedas supervisarlo. Tienes que pasar el mayor tiempo posible con él para acelerar su educación y brindarle compañía y ejercicio.
Mientras más tiempo pases con tu perro, más tiempo podrás dedicarle al adiestramiento activo. Ésta es una mejor manera de enseñarle a tu perro.

Educa a tu perro para ir al baño.

Antes de empezar

Educar a Tu Perro para ir al baño no es algo difícil pero necesitarás tiempo, paciencia y estar muy alerta. Existen tres maneras efectivas para enseñarle a tu perro a no ensuciar la casa: adiestramiento con papel, adiestramiento activo, adiestramiento con jaula.

Antes de empezar a enseñarle a tu perro a no ensuciar la casa, tienes que considerar los siguientes factores:


Horario de comidas

Si tu perro come a cualquier hora, también hará sus necesidades a cualquier hora. Por eso es importante que tenga un horario fijo de comidas.
Cuando le des la comida a tu perro, déjasela en el plato por media hora aproximadamente. Después de ese tiempo, retira el plato.
Como norma general, un cachorro tiene que comer entre cuatro y cinco veces por día, mientras que un perro adulto tiene que comer dos veces al día. Sin embargo, es una buena idea que consultes con el veterinario para que te ayude a establecer la cantidad y el número de comidas diarias para tu perro.
Ten en cuenta que la comida para perros que viene en lata es húmeda y puede aflojar el estómago de tu cachorro.

Identifica las áreas en que tu perro puede hacer sus necesidades

Es bueno que tengas claro dónde permitirás que tu perro haga sus necesidades y dónde no. Identifica esas áreas y no permitas que tu perro esté en las "zonas no permitidas" sin supervisión.
Si tu cachorro todavía no puede salir a la calle porque no tiene completas las vacunas, tendrás que cubrir el suelo del cuarto a prueba de cachorros con papel periódico para que ésa sea una "zona permitida".
Es importante que las "zonas permitidas" tengan una superficie diferente que la de las "zonas no permitidas". Por ejemplo, la lavandería tiene un piso de azulejo ("zona permitida"), mientras que los cuartos tienen parquet y alfombras ("zonas no permitidas").

Lleva un registro diario de los desechos de tu perro.

Durante los primeros días de la educación higiénica tienes que registrar las horas en que tu perro hace pis y caca. Aunque esto es un poco molesto, es importante para que sepas cuándo es más probable que vaya a hacer algo.
Entonces, podrás llevar a tu perro a una "zona permitida" media hora antes de su hora de hacer pis o caca. Así, te resultará más fácil evitar los accidentes sobre la alfombra. Esto también te servirá para el adiestramiento activo y para el adiestramiento con jaula.

Retira el recipiente de agua antes de ir a dormir.

Si tu perro no duerme en el cuarto a prueba de cachorros, tendrás que evitar que tome líquidos después de una hora determinada. Puedes retirar el recipiente de agua a las nueve de la noche o un poco más tarde.
Sin embargo, déjale el recipiente con agua toda la noche si hace mucho calor en el lugar en que tu perro duerme o si él:
  • duerme en el cuarto a prueba de cachorros
  • está sediento
  • tiene algún requerimiento especial de salud (por ejemplo, está deshidratado)
  • tiene diarrea

Consigue un neutralizante de olores.

Sin importar qué método uses, en algún momento tendrás que limpiar algún lugar de tu casa. Así que mejor consigue un producto que neutralice el olor de la orina. Puedes encontrar muchos productos para esto en las tiendas para mascotas.
Asegúrate que el producto que compras no tenga amoniaco porque no te servirá.

Aspectos importantes sobre la educación higiénica del cachorro y el perro adulto

No esperes que tu cachorro esté completamente educado en los hábitos higiénicos hasta que cumpla por lo menos seis meses. Hasta esa edad, los perros no tienen control total sobre su vejiga urinaria.
Si tu perro ya es adulto, podrá controlar mejor su vejiga, pero tal vez ya haya aprendido que puede hacer sus necesidades donde le da la gana. En ese caso, tendrás que reeducarlo.